NUESTRA DECLARACIÓN
DE MISIÓN
En Calvary Chapel, el objetivo de nuestro ministerio es equipar, cuidar, servir, y llevar a la madurez en Cristo a aquellos a quienes Dios nos ha confiado.
Es nuestro deseo conocerlo y darlo a conocer. Nuestra oración es que hombres y mujeres de todos los ámbitos de la vida puedan ver al Señor de manera clara e intensa (VIVA) en todo lo que hacemos, que crezcan en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y que experimenten la magnificencia y el gozo de vivir una vida por Su gracia y poder a través de la fe en él.
Nuestra Declaración de Fe
Lo Que Creemos
Somos una iglesia no-denominacional, y creemos en todas las doctrinas fundamentales del cristianismo evangélico
Creemos que el único fundamento verdadero de la fraternidad cristiana es el amor (Agape), que es más grande que nuestras diferencias, y sin el cual, no tendríamos derecho de llamarnos cristianos.
Creemos que la Biblia es inspirada, infalible e inerrable Palabra de Dios.
Creemos en la adoración a Dios en espíritu y en verdad. Por lo tanto, permanecemos flexibles y nos sometemos a la dirección del Espíritu Santo para que él dirija nuestra adoración.
Creemos en la deidad de nuestro Señor Cristo Jesús, en su nacimiento virginal, su vida sin pecado, su muerte en la cruz por los pecados de la humanidad, su resurrección corporal, en su ascensión a la diestra del Padre, y en su regreso personal en poder y gloria.
Creemos en los dones del Espíritu Santo que son válidos para hoy, siempre y cuando se ejerzan en amor para la edificación de la iglesia, de acuerdo con las pautas establecidas por las Escrituras.
Creemos que hay un solo Dios eternamente existente en tres personas distintas, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Creemos en no hacer distinción racial sobre la raza u origen étnico de las personas, reconociendo que no hay un trato preferencial con Dios.
Creemos en la necesidad absoluta de la regeneración por el Espíritu Santo para la salvación debido a la pecaminosa naturaleza humana; que los hombres se justifican sólo por la gracia de Dios recibida por fe a través de la sangre derramada por Cristo.
Nuestro supremo deseo es conocer a Cristo y ser transformados a Su imagen por el poder del Espíritu Santo.